Reflexiónes en torno a la atemporalidad de la Arquitectura Moderna.
Hablar de arquitectura en estos
tiempos implica un cúmulo de miradas a partir de diferentes puntos de vista,
que van desde el rubro profesional hasta creencias específicas y/o personales.
Sin embargo, cuando nos referimos a las bases de la Arquitectura Moderna,
tenemos que orientar la mirada a un modo particular de hacer arquitectura, el
cual se originó en Europa, en las primeras décadas del siglo XX.
Si bien, no se le puede
atribuir a un sólo arquitecto la autoría o creación de un modo de hacer
“Arquitectura Moderna”, desde mi punto de vista Mies Van der Rohe fue el mejor.
Destacando en sus obras y proyectos los principios que Le Corbusier ya había estipulado
para definir el movimiento moderno.
“Dios está en los
detalles”. Luego de entender que la obra de Mies involucra un sabio manejo de
los materiales, ello fue complementado con el grandioso manejo espacial y las
relaciones interiores - exteriores con el contexto urbano.
Finalmente, unas de las características de la obra de Mies que más llama mi atención es la atemporalidad y vigencia. Por dar un ejemplo: El Pabellón Alemán para la Exposición Universal de 1929 en Barcelona registra diversas épocas desde el año en que se construyó. No obstante, en todo ese lapso no ha dejado de verse actual, vigente y por sobre todo: moderno.
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