jueves, 21 de febrero de 2013
LA RICARDA
Barcelona, España. 1949 - 1963.
Publicado por el Blog de Quadratura Arquitectos el 19 de agosto de 2011.
La vivienda que hoy nos ocupa ha de ser considerada como una de las joyas de la arquitectura racionalista española y mundial, un pequeño tesoro proyectado por el arquitecto español Antonio Bonet, en la que continúa con una serie de proyectos residenciales caracterizados por el empleo de bóvedas rebajadas.
La maravillosa casa de La Ricarda se encuentra situada a la orilla del mar en los alrededores de Barcelona junto al aeropuerto de El Prat, rodeada por un denso pinar y gracias a su desarrollo en una única planta queda oculta a las miradas ajenas. Adaptada a las exigencias del paisaje, la vivienda se asienta sobre una plataforma artificial construida sobre las dunas. De este modo queda liberada de toda atadura a la topografía y se extiende con racionalidad geométrica en las dos direcciones, según un sistema de bóvedas enmarcadas en un lenguaje innovador y la par conservando las tradiciones locales.
En un primer momento, cuando Antonio Bonet recibe el encargo de desarrollar el proyecto de esta vivienda unifamiliar y con unas excepcionales condiciones de partida; excelente ubicación, varias hectáreas de pinar, la presencia del mar y una inmejorable disposición del cliente, culto y exigente; se plantea proyectar una casa de dos plantas con vistas a la costa catalana, semejante a las viviendas que estaba desarrollando en Sudamérica. Sin embargo y tras una visita al lugar con el cliente se decide desarrollar la vivienda en una sola planta, prescindiendo de las vistas sobre el mar que a la larga resultará ser una renuncia productiva.
La bóveda es el elemento estrella en la configuración imaginaria de La Ricarda, pero el alero es sin duda la clave de la articulación de los módulos, este permite la concatenación de bóvedas lateralmente, recibe y conduce las aguas de la cubierta, su ancho es el que delimita las zonas de circulación, alberga la chimenea y recoge los cerramientos de la vivienda.
El uso de estas bóvedas sustentadas sobre pilares metálicos otorga a la vivienda de una transparencia y permeabilidad espacial de las cuales carecían las construcciones de la misma época realizadas con muros de carga. La vivienda se organiza según una malla ortogonal de módulos A (8,80 x 8,80 m2) y B (1,30 x 8,80 m2) en el eje Este-Oeste y módulos A (8,80 x 8,80 m2) en el eje Norte-Sur. Esta modulación extendida en las dos direcciones marca la pauta de movimiento de la edificación y en la vivienda y de los elementos situados sobre la plataforma: la piscina, los vestuarios, el muro de celosía, la alineación de los muros de contención y hasta la posición del depósito de agua. A su vez, la subdivisión del módulo da lugar a submódulos que definen el despiece del pavimento, de las carpinterías e incluso del mobiliario fijo.
La unidad básica de esta modulación queda al descubierto en el módulo-porche adelantado a la sala de estar.El núcleo de la vivienda lo forman los espacios comunes de la casa, salón, comedor y cocina se encuentran ubicados en el centro de la vivienda. Los espacios de distribución se desarrollan en torno al patio; en el eje N-S se sitúa la batería de dormitorios.
Una galería sirve de acceso a los dormitorios. Cada uno de ellos está servido por un baño y un vestidor, además puede dividirse en dos espacios mediante un panel corredero acabado en corcho, que se desliza abrazando al muro por ambas caras. Los dormitorios a su vez se abren hacia un patio que, a modo de jardín dentro del jardín, queda rodeado por un muro, revocado al interior y revestido de gres vitrificado color ámbar al exterior.
Previo a la disposición de los dormitorios existe un vestíbulo, en el cual la cubierta se recorta para configurar un patio a modo de impluvium, en su interior una lámina de agua refleja la luz hacia el interior.
El dormitorio principal queda ubicado al Oeste, aislado del resto de la vivienda, la voluntad del arquitecto era mantener el módulo del dormitorio principal completamente independiente, a lo que el cliente se resistió quedando finalmente unido al resto de la casa por un paso totalmente acristalado.
La trama de la vivienda descrita anteriormente, está ocupada por espacios interiores y exteriores. Los espacios cubiertos se encuentran en clara continuidad con el exterior, semejando el perfil ondulado y el ambiente umbrío del pinar que rodea la casa. A su vez y gracias a la desmaterialización de los límites físicos de la casa, se producen dualidades espaciales como son los espacios exteriores que quedan cerrados y confinados por los cerramientos de la vivienda y el propio límite natural marcado por el pinar.
Los límites de la vivienda se desdibujan al mantener cada espacio interior una clara relación de continuidad con el exterior. Los cerramientos verticales de la vivienda establecen casi una relación osmótica con el exterior. Los muros son transparentes (vidrio), semi-transparentes (celosía cerámica) u opacos (gres vitrificado) que reflejan el paisaje colindante.
Deseamos que hayáis disfrutado tanto como nosotros recordando está exquisita delicatesen arquitectónica y esperamos compartir vuestras opiniones sobre la misma.
Fuentes: Tectónica, Carlos Fernández Rovira, Propia.
Etiquetas:
1 - España,
2 - Casas,
3 - Antonio Bonet
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario