“La arquitectura moderna no es un estilo, sino una forma de vida”.
Marcel Breuer.

viernes, 5 de agosto de 2011

CARLOS WILLIAMS Y SERT

Carta del Arquitecto Carlos Williams.
Lima - Perú. 2003


Los articulos de la Resisencial FAP en Chiclayo me hicieron buscar entre mis archivos una maravillosa carta que gentilmente me escribió el Arq. Carlos Williams, a quien le había solicitado información relacionada al trabajo desarrollado por José Luis Sert en Chimbote para mis investigaciones doctorales.

He tenido la suerte de ser alumno del arquitecto Williams y el privilegio de haber recibido esta carta que quería compartir con nuestros lectores de La Forma Moderna en Latinoamerica.

Fernando Freire, arquitecto.




Lima, diciembre 15 del 2003




Querido Fernando:


He recibido tu nota por atención de Maribel y te felicito por estudiar en tan prestigiosa universidad. Te cuento lo que se. La etapa inicial que cuenta la llegada al Perú de Sert y Wiener proviene de lo que me ha dicho personalmente Luis Dorich; lo que sigue es de mi propio contacto con ellos en Nueva YorK.


Según Dorich, José Luis Sert y Paul Lester Wiener vinieron al Perú alrededor de 1946. Fueron contactados en Nueva York por el entonces presidente de la Corporación Peruana del Santa, Don David Dasso, para cumplir el encargo de desarrollar un plan regulador para la ciudad de Chimbote. Ya en Lima el señor Dasso convocó a su oficina al joven Luis Dorich Torres, graduado hacías poco, en 1944, con una maestría en urbanismo en el MIT. Lo llamó para informarle de esa importante contratación y pedirle que los ayudara cuando llegaran. Mientras tanto se forjaba en el Perú un importante cambio político que llevaría al poder a una coalición de partidos llamada Frente Democrático. Con su triunfo fue elegido Bustamante y Rivero como presidente y Fernando Belaunde como diputado. Luis Dorich, Luis Ortiz de Zevallos y Carlos Machiavello habían ayudado a Belaunde en su campaña y más tarde fueron invitados a almorzar a Palacio donde fueron informados que el presidente apoyaría a Belaunde en sus propuestas de campaña. Se creó el Instituto de Urbanismo para enseñanza avanzada de la materia en la entonces Escuela Nacional de Ingenieros y poco después la ONPU, Oficina Nacional De Planeamiento y Urbanismo para apoyar a las comunidades locales en su desarrollo urbano.


Luis Dorich recibió a los ilustres visitantes cumpliendo correctamente el encargo de Dasso de ayudarlos en sus conexiones locales. Así lo hizo y los contratados iniciaron su trabajo. La contratación tenía por objeto asesorar a la Corporación Peruana del Santa en la formulación de un plan regulador para la ciudad de Chimbote como parte de los propósitos de la institución de desarrollar la región en la que se construía la hidroeléctrica del Cañón de Pato y en la que Chimbote sería la sede de una acería..


El plan regulador debía servir para acondicionar la ciudad, en esos tiempos un modesto puerto de pescadores y fondeadero los barcos que hacían cabotaje en la costa peruana, y propiciar transformación en centro administrativa, comercial e industrial del área de dominio de la Corporación.


Sert no consideró oportuno remodelar la ciudad y recomendó que la Corporación comprara todas las construcciones existentes para reemplazarlas por edificaciones modernas y trazar una nueva ciudad en el espacio vacío. Su decisión se basaba en la consideración del valor, a su juicio insignificante, de las viviendas del lugar cuyo precio total podía ser pagado por el Estado.


El arquitecto tomó nota del bellísimo paisaje de la bahía chimbotana y de la humedad del terreno producida por una napa freática alta. (Personalmente recuerdo haber pasado por el sitio de regreso a mi pueblo en mis tiempos de estudiante y visto las calles de Chimbote cubiertas por grama salada y la ciudad formada por casas de madera apoyadas sobre pilotes cortos). Con esa base diseñó una ciudad con calles perpendiculares al mar en cuyo eje corrían pequeños riachuelos. En la bibliografía del autor aparece el esquema de esta ciudad y en el estudio que ocupaba con Wiener en Nueva York colgaba en la pared una ampliación del dibujo.


Mientras hacían su trabajo para la Corporación del Santa, Sert y Wiener se acercaron a la ONPU y le ofrecieron a Dorich ayudarlo en sus planes urbanísticos. El sorprendido Dorich les hizo saber que no contaba con los medios para pagar sus servicios, a lo que le respondieron que no habían pensado en cobro alguno, que su oferta era gratuita y que trabajarían ad honorem.


Así lo hicieron, preparando en las propias oficinas de la ONPU un esquema para un Centro Cívico de la Ciudad de Lima ubicado en el extremo norte del Paseo de la República. El proyecto fue publicado en el “Arquitecto Peruano”, la revista dirigida por Fernando Belaunde, posiblemente a finales de 1946. Me imagino que tu ya tienes esa información. Según mi informante, ellos no colaboraron en el Plan Piloto de Lima ni en ningún otro trabajo urbanístico o arquitectónico en el Perú con la excepción de los ya mencionados. Hasta aquí Dorich.


Ahora yo. En 1952 yo cursaba una maestría en urbanismo también en MIT y en el verano de ese año me mudé de Boston a Nueva York. Allí le pedí trabajo a Sert y me lo dio. Actué como uno de sus dibujantes durante unas seis semanas. El trabajo en marcha era el de una nueva ciudad en Cuba. Ser y Wiener cumplían con el encargo solicitado por una empresa que se dedicaba al mantenimiento de los avisos luminosos de Times Square y que con sus excedentes querían invertir en el Caribe. Los dibujantes recibíamos instrucciones de Sert y Wiener actuaba como administrador. En cierto momento Sert se acercó a mi tablero, miró el dibujo, se retiró un paso, miró de nuevo y me dijo, hay que mejorarlo. Para hacerlo tomó un lápiz y dibujo un lindo riachuelo con suaves meandros que atravesaba la ciudad. El dibujo quedó mejor y yo recordé Chimbote.


Los socios tenían en Manhattan una excelente oficina en la calle 56 a media cuadra de la Avenida Lenox. Ocupaban el último piso de un edificio en el que operaban varias escuelas de danza y estaban en lo que había sido el estudio de Nijinski; el gran bailarín ruso, un enorme salón alargado de doble altura iluminado por el techo con ventanales en forma de sierra. En las paredes colgaban grandes ampliaciones de los planos ejecutados por la firma. Era un buen lugar de trabajo localizado en un hermoso barrio newyorquino. Al frente del edificio se hallaba la mejor librería de Estados Unidos a decir de Henry Miller, y habían otras cosas.


A mediados de la década del 60, en el primer gobierno de Belaunde y 20 años después de la llegada de los socios al Perú, el Gobierno convocó a un concurso para el diseño de un Centro Cívico para Lima en el mismo sector urbano que habían escogido Sert y Wiener. Se solicitaba un plan general para las manzanas alrededor de la antigua Penitenciaría y el desarrollo para esa manzana, ya desocupada, de un complejo para convenciones, un hotel y edificios de vivienda y de oficinas para renta del Seguro Social, entidad que financiaba las obras. Un grupo de diez arquitectos ganó el concurso (Crousse, Paez. Pérez León, García Bryce, Llona, Ortiz, Málaga, Cordova, Williams, Núñez). Los ganadores no utilizaron los planteamientos de Sert para sus diseños. La obra se construyo parcialmente quedando concluido el Complejo de Convenciones y el edificio de oficinas. El derrocamiento de Belaunde por un Gobierno Militar detuvo las obras en 1968 quedando la zona de viviendas a nivel del primer piso y el sector dedicado a hotel fue trasferido a la ITT como pago de una deuda y esa empresa construyo el Sheraton. La obra la hicieron otros arquitectos. Más tarde el Centro de Convenciones fue incendiado en una revuelta popular.


La influencia de José Luis Sert en el Perú no ha sido directa sino solamente como integrante del grupo CIAM y partícipe en otras formulaciones sobre la “arquitectura moderna” que interesaron a los jóvenes peruanos en la década de los 50.


Carlos Williams

3 comentarios:

jorge dijo...

Gracias por compartir esa interesante carta de Williams, Fernando.
Un abrazo

Jorge Sánchez

Fernando Freire Forga dijo...

De nada Jorge, un placer y un honor el haberla recibido en su momento.

Abrazos,

Fernando.

Anónimo dijo...

Fernando será posible conseguir algun escrito de Carlos Williams sobre Asunción, tal como el planteamiento urbano propuesto para la Municipalidad.
Gracias magela