“...
Nosotros queremos únicamente, exclusivamente, exactamente, pertenecer a nuestro
tiempo...”
Giuseppe Tarragni
Nace el 18 de
abril de 1904 en la ciudad de Meda, Italia y muere el 19 de julio de 1943 en
Como, Italia.
Estudia
arquitectura en la Escuela Superior de Arquitectura del Politécnico de Milán en
1921.
En 1926, junto a Luigi Figini, Guido
Frette, Sebastiano Larco, Castagnoli, Gino Pollini y Carlo Enrico Rava, forma
el Grupo 7, más tarde a la salida de Castagnoli toma su lugar Adalberto
Libera y en septiembre de éste mismo año publican su primer manifiesto en la
“Ressegna Italiana”, de donde se extraen posturas que defienden a la
arquitectura moderna contra el academismo italiano que mirando al pasado,
habían creído salvarse con un retorno a lo clásico; así mismo manifiestan la
necesidad de considerar la arquitectura como el resultado de una estricta
adecuación a la lógica y a la racionalidad, en donde las nuevas formas de la
arquitectura deberían recibir valor estético sólo de carácter de necesidad.
Tras el manifiesto llegaron las críticas
por parte de los simpatizantes de academismo como Brasini, Bazzani, Piacentini
y sobre todo Marziano Bernardi quien proclamó sus críticas más duras a la
arquitectura racional. Así, en febrero de 1927 el Grupo 7 publica un
segundo manifiesto que plasma las nuevas tendencias de la arquitectura en
Europa, aún cuando en el primero ya se habían mencionado nombres como Beherens,
Gropius, Van der Rohe y Mendelshon, en el segundo se examinan con clara visión
crítica las obras de los antes mencionados además de arquitectos como Kosina,
Korn, Lomberg, Vesnin y sobre todo de las posturas ejemplares de Le Corbusier.
Aún cuando los manifiestos son tomados con
recelo por los grupos academistas, en la plataforma política se convierten en
significado para el nuevo espíritu activista juvenil, y por tal motivo
Mussolini considera a estos escritos contrastantes contra la mediocridad y
holgazanería juvenil, a lo que en el futuro el Grupo 7 se convertiría
provisionalmente en posturas arquitectónicas con afinidad al fascismo.
En el Grupo 7 sobresale la figura de
Giuseppe Tarragni, quien a diferencia de los demás del grupo, manifiesta sus
pensamientos de manera más entusiasta y como resultado de su prematura muerte
se consolida como el personaje dramático del grupo. Entre sus obras más
representativas se consideran: El Novocomum (Milán,1929), La Casa del Fascio
(Como,1936), El Parvulario Sant’ Elia (Como,1937), La Casa Guiliano Frigerio
(Como,1940).
La Casa del Fascio (Como, 1936)
La
Casa del Fascio es un edificio de planta cuadrada con un patio central del cual
se desarrollan a su alrededor los espacios que complementan el programa que en
su mayoría serán oficinas gubernamentales.
La
planta baja y la tercera son similares, ya que se desarrollan a los extremos
del lote, mientras que las plantas primera y segunda abordan el programa sobre
el perímetro del patio. Aún cuando la propuesta inicial de que alrededor de un
patio confluyan los diferentes espacios parece acertado, el resultado final no
lo es del todo, ya que por un lado, el pasillo que podría haber servido como distribuidor
es interrumpido en todas las plantas, y genera siempre remates ingenuos y mal
solucionados. Al igual de que aparecen terrazas en todas las plantas que poco
aportan al orden funcional, y que son prácticamente inutilizables.
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PLANTA BAJA |
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PRIMER NIVEL |
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SEGUNDO NIVEL |
|
TERCER NIVEL |
Sin
embargo, la solución formal dista mucho de las deficiencias de la planta
arquitectónica; en la fachada principal se manifiesta un equilibrio entre los
claros de ventanas y terrazas con el sólido muro y las columnas con las vigas
expuestas dan un orden al volumen general. Las elevaciones laterales y la
posterior, aún cuando la definición de equilibrio entre vanos y sólidos no es
igual en cada una de ellas, éstas cuentan con una marcada sobriedad y una
lectura acorde con los postulados expuestos en sus manifiestos, es decir, la
reiteración de una negación al ornamento y su separación hacia el clasicismo.
Cabe destacar la manera de ordenar la fachada con el uso de ventanas que aún
cuando se componen en una sola pieza, éstas se generan con una composición
generada por el uso de un elemento horizontal fabricado del mismo material de
la fachada (ver foto de detalle).
La
Casa del Fascio adquiere gran importancia por dos puntos fundamentales, el
primero es por ser una obra realizada como ejemplo de la importancia que se le
otorga en un principio a los jóvenes postulados racionalistas por parte del
fascismo y por otra parte por ser una de las principales muestras generadas por
Guiseppe Tarragni en las que materializa sus discursos del Grupo 7.
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