La Forma Moderna en Latinoamérica: CASA EN LA BOLSA

Jorge Taberna, arquitecto.

Córdoba, Argentina. 2003 - 2004.

Villa La Bolsa es una pequeña localidad serrana ubicada a la vera del Río Anisacate a 12 km. de la ciudad de Alta Gracia. Se caracteriza por estar surcada por una serie de canales de riego que le confieren un singular microclima con calles sombreadas por árboles de gran porte. Su paisaje se particulariza por grandes parcelas donde la arquitectura se entremezcla entre la infinita gama de colores, texturas y aromas que le confiere la fuerte presencia del elemento vegetal.

Con la idea de respetar al máximo las especies existentes, esta casa de fin semana, se sitúa en el fondo del lote entre los intersticios disponibles. Se la orienta con franco desarrollo norte / sur, abierta a las vistas hacia el bosque que a su vez le servirá de protección tanto de los vientos dominantes, como de la incidencia del sol en verano. Este particular emplazamiento sugirió un partido compacto dividido en dos sectores: por un lado, una caja de madera vidriada que aloja las áreas de estar abierta al norte, y por el otro, una “mochila” de servicios de ladrillo y piedra que alojan los locales “húmedos” que la cierran al sur. Esta característica posibilitó también dos etapas constructivas: el volumen de mampuestos fue el primero en ser edificado y con mano de obra local; meses después se erigió la “caja” de madera y vidrio mediante componentes pre-elaborados en la ciudad de Córdoba y montados in situ por personal especializado en solo dos semanas. Un muro de piedra del lugar, a la manera de un eje, recorre longitudinalmente toda la vivienda y acentúa la división de las dos áreas, particularizadas también por disímiles criterios constructivos: la zona de servicios se erigió con ladrillos cerámicos revocados a la cal tipo “grueso fratazado” y las terminaciones interiores se ejecutaron con cemento alisado tanto para paredes, pisos y mesadas de baño y cocina. El volumen de madera se construyó con madera de Pino Taeda tratada con impregnantes e insecticidas naturales; para evitar los daños producidos por la humedad, se lo erigió elevado sobre pilotes lo que permite la aireación permanente de todo su perímetro . La construcción de este sector se basó en el concepto del “balloon frame”, donde cada componente cumple un rol resistente, constituyendo un esqueleto que resuelve a la vez la estabilidad y la envolvente del objeto. El ensamblaje de todos los elementos de madera fue resuelto de manera tal que permita parciales reemplazos sin necesidad de acciones demasiado agresivas para la estructura en general.

La casa de vacaciones tenía que ser un ámbito totalmente diferente al de una casa urbana, debía reflejar de alguna manera el encanto de la zona y del sitio de emplazamiento. Entonces, los aromas y las texturas de los árboles se evidencian en la persistente fragancia de la madera de pino, en su color y en su textura; la rusticidad de la piedra alude al río y a las toscas construcciones de pircas y terraplenes y la envolvente vidriada transluce y protege la actividad interior de manera análoga a las encantadoras cajas de vidrio con que los lugareños mantienen caliente el pan casero y lo protegen de la sequedad del viento cuando lo ofrecen al costado del camino.

Por otra parte, la imagen del Bosque de los abedules de Gustav Klimt, estuvo presente desde el principio en los delgados troncos de los siempre verdes que el reticulado de la carpintería enmarca insistentemente.